lunes, 6 de julio de 2009

Comentario de cine


Up

Hay algo totalmente sorprendente que ocurre en los 10 primeros y maravillosos minutos de ‘Up’. La emoción y le belleza se toman por completo el ambiente de la sala. No hay nadie que hable, todos están completamente atentos, sorprendidos, emocionados y maravillados por lo que ocurre. Sólo en la introducción, sin haber visto nada más que a dos personajes, la nueva cinta de animación de Disney y Pixar atrapa por completo, y no te deja libre hasta el final.

Con los años que llevamos viendo estreno tras estreno de Pixar, pareciera que no quedan sorpresas que entregar, cintas de animación que nos emocionen hasta las lágrimas. Pero de alguna forma la historia escrita y dirigida por Pete Docter en compañía de Bob Peterson se desenvuelve tan bien en pantalla, que todo parece totalmente fresco. Mentes nuevas, que sin embargo llevan sorprendiéndonos desde hace más de 10 años.
‘Up’ es una historia de aventuras, pero también de perdidas, sueños rotos y segundas oportunidades. Sin embargo los personajes son tan increíblemente potentes, que las enseñanzas finales son algo más amplio y magnifico, que solo se puede explicar con una mirada algo llorosa y una gran sonrisa.

odo se centra en la historia de Carl Fredericksen, un pequeño niño con ganas de aventuras y viajes sorprendentes, que sin embargo es callado y muy tímido. Gracias a las noticias que llegan a la pantalla grande, él puede seguir los descubrimientos y viajes de su héroe Charles Muntz. Imaginando ser este gran aventurero, vamos siguiendo el paso de la vida de Carl, desde que en su niñez conoce al amor de su vida, Ellie, pasando por la adolescencia, su noviazgo y casamiento.
Comienzan una vida juntos, compartiendo su interés por lo desconocido, y sus ganas de cumplir el sueño de viajar a Sudamérica. Pronto descubren que no pueden tener hijos, y deciden juntar dinero para salir de aventuras juntos y vivir felices para siempre. Lamentablemente siempre hay alguna excusa para postergar el viaje y continuar con su vida, juntos en su casa, como un gran par de amigos. Pero el tiempo lo cambiará todo, dejando sólo a Carl luego de la muerte de Ellie, en su casa llena de recuerdos y sueños no cumplidos. Las lágrimas corren silenciosamente en la sala del cine, y no han pasado más de 10 minutos de cinta.
Con ganas de pararse a aplaudir de inmediato, ‘Up’ recién comienza a calentar los motores de una historia gigante, impactante. Carl trata de mantener las costumbres que tenía junto a Ellie, claro que con las complicaciones de entrar en la tercera edad, se hace más lento, más silencioso. Todo aun es más difícil ya que su antiguo barrio se está expandiendo hacia la modernidad, y sólo su casa queda en medio de construcciones inmensas de nuevos edificios. Rápidamente Carl decide que este ya no es lugar para él, y antes de que sea enviado a una casa de reposo sale flotando con miles de globos amarrados a su casa para cumplir el sueño junto a los recuerdos de su alma gemela.
Sin advertirlo, este viejo cascarrabias inicia su travesía junto al pequeño Russel: un explorador rechoncho y muy insistente que ve en esta la oportunidad de hacer meritos de convertirse en un gran aventurero. Irremediablemente, los dos son encaminados hacia tierras desconocidas y maravillosas, que les guardará muchas sorpresas y peligros. Todo esto embellecido por una animación que supera cualquier expectativa, y una brillantez de colores, escenarios y detalles que ya habíamos pensado que estaban en su máxima expresión en ‘Wall-E’.
La posibilidad de disfrutar la gran técnica y sencillez de la animación de Pixar en 3D es algo impagable. La popular tecnología de las tres dimensiones no es utilizada a la ligera. Hay momentos en que solo es utilizada para potenciar las profundidades de los escenarios y en otros simplemente para que el público tenga una muestra del potencial del 3D. Si bien en muchas ocaciones es una gran ayuda para la cinta, no es indispensable y creo que los resultados sería básicamente los mismos sea cual sea la pantalla en que veamos esta gran historia.
La más humana y sincera de todas las películas de Pixar hasta la fecha, se convierte muy fácilmente en el mejor estreno del año. No importa que robot, mago o animales de la prehistoria queden por delante. ‘Up’ es un emocionante viaje por la vida humana, desde los sueños de la niñez hasta la satisfactoria sabiduría de la vejez, Pixar sabe unir los sentimientos y las personas en cualquiera de sus etapas. Por lo mismo nunca es fácil precisar para que edad o publico son sus estrenos, ya que el humor y la narración es bien recibida por todos, desde los niños hasta los más viejos. ¿La mejor películas de Pixar? Posiblemente, pero con ese estudio no es fácil estar seguros.

Nota:6.5



El luchador

Mucho se ha hablado de lo parecido que es el personaje que actua Mickey Rourke en ‘El Luchador’ con su propia historia, con sus altos y bajos. Randy “The Ram” Robinson vivió sus grandes momentos de gloria en la lucha libre de los 80, mucho dinero, mujeres y una gran fama lo hizo salir del buen camino. Se quedó estancado en la época, para luego desaparecer de la escena para solo participar en una escala más pequeña.
Pero no deberíamos quedarnos en eso, no se debería decir que la actuación de Rourke es efectiva por sus propias vivencias. Si fuera ese el caso hay otros miles de artistas perdidos en las drogas y las malas decisiones que pueden actuar a un tipo parecidos a ellos. Aquí la fuerza de la actuación es Mickey Rourke, y el director Darren Aronofsky lo sabe y por eso lo elige. Pues es un actor que sabe actuar con su espalda, con la nada misma. Electrizante, rudo, sensible y sin decir ni una sola palabra.
‘El Luchador’ es una gran historia combinada con una genial dirección. A esta altura no es difícil decir que Aronofsky es una carta segura en la dirección. Y él, por medio de su talento para contar historias de una forma bastante particular, y junto a las grandes actuaciones de Marisa Tomei y Mickey Rourke, nos entrega una cinta que choca nuestra emocionalidad brutamente, y encanta.

Randy “The Ram” Robinson (Rourke) es un luchador que en los años 80 tuvo su momento de gloria. Grandes escenarios y dinero lo llevaron a lo alto de la lucha libre. Pero el tiempo pasó, el envejeció y ante la idea de que no sabía hacer nada mejor continuo su vida en la lucha, esta vez en pequeños escenarios, organizaciones básicas y simples.
Además de eso, su cuerpo ya no resiste las luchas y su apariencia no está a la altura de las nuevas figuras en ascenso de la lucha libre. Atascado en sus buenos días, Randy aun mantiene su largo pelo rubio, tal cual como sus ídolos del rock como Quiet Riot, Guns N’ Roses, etc. Viste ropas vistosas, añejas y pasa su vida en solitario viviendo en un remolque.
Tras el alejamiento con su hija, solo encuentra afecto sobre el ring, donde recibe golpizas que ya no resiste tanto como antes. Pero también encuentra compañía en la stripper Cassidy (Marisa Tomei), quien está también viendo como su encanto no logra lo de antes con sus clientes y ve como la vida la va dejando de lado. Con este escenario, Darren Aronofsky trata de explotar su talento (del que tiene de sobra) para elaborar su obra más grotesca. No con grandes cantidades de sangre, pero si con luchas muy graficas y sufridas. Y a la vez, una intimidad que refleja un mundo ajeno y apartado.
Esa cercanía se nota sobre todo al momento en que Randy deja los escenarios para mostrarse al mundo. Cuando está en el camarín con sus colegas o bien cuando trabaja en la carnicería. Como espectadores lo seguimos, con la cámara grabando su espalda, y tratamos de adaptarnos como él. Sabiendo que donde más lo conocemos es en la lucha, aquellas que muchos aducen son falsas, pero a este nivel tan amateur, la realidad del esfuerzo por ganar un poco de dinero para sobrevivir, y las heridas que se hace a propósito lo hacen más real que nunca.
Darren Aronofsky (Anita reclama que quiere se él cuando crezca) realiza un ‘El Luchador’ que a ratos golpea con fuerza, y en otros nos calma con una tranquilidad sobrecogedora. Con unos personajes que, siendo tan simples, tienen problemas tan complejos, no es difícil sentir que también estamos en medio de una lucha. Tal como lo dice Randy, el verdadero ring está ahí a fuera, el único lugar que lo puede dañar.

Nota:6.5

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